- Las y los bebés no nacen sabiendo qué significa ser niña o niño. Esto lo aprenden de su entorno familiar y social, siguiendo patrones establecidos de forma arbitraria por la cultura, la tradición religiosa…
- Las personas no se pueden dividir en azul o rosa, porque la expresión e identidad de género tienen un espectro muy amplio y diverso, con individuos expresándose de manera diferente.
- Dejar que niñas, niños, adolescentes y jóvenes se expresen de la manera que se identifiquen, incluso si no responde a los cánones establecidos.
- Si bien la orientación sexual aparece en la pubertad, hay que entender que la identidad de género puede manifestarse a edades muy tempranas.
- La percepción del propio género puede fluir o permanecer en el tiempo. La mejor respuesta es adaptarse a ella y dejar que vistan como quieran, que se expresen e identifiquen como quieran, atendiendo a sus solicitudes de reconocimiento (nombre, pronombre…) con respeto.
- Nunca asumamos la identidad de género o la orientación sexual de ninguna persona; y menos aún respondiendo a cánones estéticos establecidos.
- Respeta la intimidad y la vida privada de las personas trans (en realidad, de cualquier persona).
- El apoyo del entorno (personas adultas) es indispensable para no generar actitudes negativas o de rechazo hacia la propia identidad de género, sobre todo en niñas y niños, que puedan derivar en conductas de riesgo.
- Es indispensable dejarse informar por personas expertas para conocer las mejores alternativas de apoyo y acompañamiento, y para evitar o luchar contra situaciones de transfobia.
- Debemos ofrecer herramientas para que niñas, niños, jóvenes y personas adultas trans puedan sentirse orgullosxs de quienes son, y expresarse sin miedos ni complejos.