Los años 90 están de moda al mismo nivel que los años 80 por diversos motivos. Unes añoran su infancia; otres, su juventud. Sin duda, una década en la que se esperaba ansiosamente la llegada de los 2000 como un tiempo nuevo y mejor. En ese momento apareció una estrella de televisión a la que el público siguió como si fueran los Reyes Magos camino de Oriente. Han pasado los años y gracias a Los Javis (Javier Calvo y Javier Ambrossi) volvemos a percibir su estela en el cielo. Seguro que ya sabes de quién hablo porque es conocida mundial, como ella misma diría.
En mitad de los años 90, Cristina Ortiz, “La Veneno”, se convirtió en famosa sin ni siquiera buscarlo. Apareció en el camino de unos reporteros repentinamente que se sorprendieron de su carácter de una espontaneidad superlativa. Ante los responsables del programa se aproximaba un tren que no debían dejar escapar, a pesar de que la televisión no parecía una parada en su trayecto. Sin embargo, tras sus reticencias, decidió dar un sí a Telecinco en pleno estallido de la televisión privada en España. Un huracán acababa de entrar en plató y esto le regaló la fama, con todo lo bueno y lo malo que esta brinda a cualquier persona.
Allí estaba ella, una mujer que captaba la atención de millones de espectadores que se congregaban alrededor de Pepe Navarro y su singladura nocturna por el Mississippi. Cristina abrió la puerta a una realidad que para la España del momento estaba muy escondida. Con su inherente desparpajo, mostraba su experiencia vital sobre la homosexualidad y la transexualidad en Adra, su pueblo natal ubicado en la provincia de Almería (Andalucía). A esto se suma que relataba sin censura sus vivencias en el ejercicio de la prostitución callejera, un colectivo marginado y despreciado por la sociedad. En otras palabras, lo nunca visto. Fiel a sus maneras, ayudó a mucha gente a aceptar su condición.
Hoy, ella ya no está entre nosotros, pero eso no quiere decir que esté olvidada. Pervive en el recuerdo de unos espectadores incapaces de olvidar ninguna de sus apariciones. Su interjección ¡Digo! o el significado que ella le daba a la palabra tiburón son inconfundibles para cualquiera, sin distinción generacional. Yo confieso descubrirme a mí misma canturreando “Veneno pa’ tu piel” varias veces a lo largo del día. Me teletransporta a momentos mejores.
El hecho de ver que se publicaban sus memorias me hizo descubrirla y ponerle nombre. Antes de la publicación del libro “¡Digo! ni puta ni santa” de Valeria Vegas, yo tenía una visión borrosa de «La Veneno». Si bien es cierto que había visto fragmentos de vídeos, no la terminaba de identificar correctamente. El simple hecho de oír hablar del libro o leer artículos sobre ello, redujo drásticamente mi desconocimiento. A pesar de todo, todavía no he podido leerlo, siendo algo pendiente para terminar de entender la personalidad de Cristina.
Como pasa algunas veces, hay adaptación audiovisual del libro. Una tarea llevada a cabo por Los Javis y disponible en ATRESPlayer Premium. El coronavirus ha obstaculizado su rodaje, algo que ha sumido en la ansiedad a sus seguidores. Sin embargo, el trabajo de todo el equipo es inmejorable por lo que hemos podido ver en estos tres capítulos: (re) descubrir y sorprendernos con nuevos talentos, siendo un elenco perfecto para la ocasión. A modo de ejemplo, Jedet está espléndida en su interpretación y Paca La Piraña aporta momentos muy divertidos.
No dudé en acudir al cine para ver los 3 primeros capítulos, fue algo alucinante. No sé si fue la gran pantalla o tantas personas distintas viendo lo mismo, pero no desvíe mi atención en ningún momento. Se relata la vida de «La Veneno», pero no se dejan de lado otras tramas con gran trasfondo social que siguen siendo desconocidas para parte de la sociedad. Esta serie educa y conmueve a la vez.
Cristina declaró que si algún día se hacía una película de su vida sería muy triste. De darle a cada espectador una sábana para secarse las lágrimas. Tenía razón, sentí mucha aflicción, pero a la vez me sentí muy cerca de ella. Pero con esto se cumplió uno de sus sueños: ser recordada para siempre.
Magnífico, sin más palabras que añadir a lo que ya has comentado. Cristina, es un ser de LUZ, alguien que siempre será recordada por ser ella misma, por creer en ella cuando nadie lo hacía. Gracias a Cristina.
Muchas gracias Lucas por tu tiempo y tu comentario.