El paso del tiempo, en lugar de erosionar las pisadas de Freddie Mercury, no hace más que resaltar el legado que nos dejó. Hoy es considerado como uno de los mejores cantantes de la historia y su herencia artística es innegable, tanto que artistas y bandas como Mika, Lady Gaga, Van Halen o Metallica han mencionado al artista y a Queen, su banda, como influencia.
Muchos fueron sus éxitos, de eso no cabe duda, pero de entre todas las joyas musicales destaca la canción Bohemian Rhapsody que siempre suele encontrarse en el top tres de las listas de las mejores canciones del grupo.
Hay muchos artículos en Internet que tratan de abordar el contenido de la letra y darle alguna explicación a esta icónica canción. ¿Fue una forma de salir del armario y decirle al mundo quien era realmente? ¿Fue un grito desesperado para liberarse de las ataduras que su familia, la religión, la sociedad y su educación crearon en él? ¿O fue, simplemente, la historia de un hombre que decidió abrazar su yo interior y decidió, a pesar del dolor, ser honesto consigo mismo? Quizás, todas ellas a la vez.
La estructura de Bohemian Rhapsody ya da pie a varias interpretaciones. Pero, entrando en la letra, es donde las teorías se multiplican.
Caught in a landslide
No escape from reality
La canción se divide en varias fases: en la primera, cuatro voces cantando a capella, todas pertenecientes a Mercury y grabadas previamente de forma separada, se juntan haciendo una gloriosa introducción.
Mama, life had just begun
But now I’ve gone and thrown it all away
En la segunda, cuando Freddie dice “mamá, he matado a un hombre”, se refiere a sí mismo y al quiebre que se produjo en su interior cuando se dio cuenta de que sentía atracción por otros hombres. Este pequeño detalle engrandece la canción y es aquí donde, si se presta la debida atención, es fácil darse cuenta de que, en su momento, Freddy Mercury utilizó este tema para salir del armario y decirle al mundo, cantando, que era homosexual bisexual (¡gracias por hacernos caer en el error!).
Goodbye everybody I’ve got to go
Gotta leave you all behind and face the truth
Una tercera fase da paso a las guitarras eléctricas, que simulan las lágrimas de la madre, aportando dramatismo a la composición. Pero también hay quienes dicen que representan el llanto del propio Mercury… ¿quién sabe? Por último llega la cuarta fase, que cierra la canción y que marca el punto final: nada me importa realmente. ¿Ha hecho las paces consigo mismo o simplemente ha preferido dejar de luchar contra sus sentimientos y vivir?
Nothing really matters, nothing really matters to meAnyway the wind blows
Sea como sea, la canción ha conseguido trascender más allá de sus mensajes, claros y directos, leídos entre líneas o imaginados, y ha marcado un hito en la historia de la música del siglo XX. Hoy, a casi 43 años desde que se publicase el disco A night at the Opera, Bohemian Rhapsody sigue brillando con luz propia.