Para contarle al mundo quién eres, debes conocerte y saber quién eres, pues tengo muchas ideas que burbujean y no sé por dónde comenzar…
Siempre soñé y aún deseo muchísimo tener una familia completa, una mujer, yo y mis hijos, poder darles cosas que no tuve. Mi deseo de formar una familia estable y lazos afectivos permanentes es muy fuerte. Familia puedo tener, pero una mujer no encaja en mis sueños actualmente; y una familia tradicional, tampoco.
Siempre me gustaron los hombres. Que yo me acuerde, siempre he sido gay y he vivido con miedo gran parte de mi vida por temor a ser violentado, golpeado, minimizado y encajado en un estereotipo absurdo de lo que significaba la homosexualidad en la sociedad. Este miedo me aisló de todo y de todas las oportunidades lindas que te da la vida de disfrutar. Mi adolescencia fui difícil, tuve varios intentos de suicidio (de los 14 a los 18 años), miedo hacia la comunidad LGTB, no tenía apoyo en mi casa, y eso hizo que negase una parte natural de mí, aparte de tener una depresión horrible que no me dejaba ver lo bueno que había en mí. De hecho, empecé una búsqueda incesante de saber quién era, qué hacía, qué me motivaba, por qué hacia lo que hacía y para qué lo hacía; intentaba encontrar mis razones, mi viaje hacia el autodescubrimiento, pero este es un viaje que nunca termina.
A los 19 años conocí un chico y me enamoré, pero no sabía que era amor, porque era la primera vez que me enamoraba. Le pedí que fuese mi novio y, al día siguiente, le dije que ya no lo fuésemos, que mejor quedásemos como amigos porque quería evitar lastimarlo con mis actitudes que, entonces, eran muy autodestructivas. Después de varios años me enteré de que él nunca me tomó en serio, ni siquiera como su amigo; eso me rompió el corazón y me decepcioné mucho. Entonces, le pedí perdón por todo lo que le hice con mi actitud, sin querer; me sentí varios años culpable. Lo recuerdo todavía con cariño. Más o menos en esa época también me enteré de que las personas que consideraba como mis parejas, nunca me vieron así, y eso me decepciono y me dolió mucho.
Tuve varias relaciones sentimentales con personas que no valoré y tampoco me valoraron, que lastimé sin querer y que me lastimaron; tuve relaciones buenas y otras no tanto. Mucha gente busca sexo y, sinceramente, he tenido demasiado, tanto que ya no me causa placer físico. Estoy cansado de conocer homosexuales que solo buscan un revolcón, una noche, un momento, un orgasmo. Ahora mismo deseo conocer un chico que valore el aspecto sentimental, y que quiera construir una verdadera relación de amistad, apoyo, novios, pareja y esposos.
De alguna manera estoy decepcionado de mí, no tengo ni ánimos, deseos ni ganas de conocer más gente para más decepciones y caer en más de lo mismo. ¡Los gays somos más que locas, pitos y culos! Creo que los homosexuales, especialmente los hombres, no encontramos ese amor tan edulcorado y, mal entendido, nos dejamos vencer y nos plegamos al placer sexual, que no llena nada, ni pide nada, ni da nada a cambio ni te hace crecer como persona. Es solo un momento para llenarnos de un vacío que no desaparece con un revolcón u otro, porque es un vacío que solo se llena con cariño y amor, no necesariamente de otro hombre, pero sí con el cariño que tenemos para dar y que nos gustaría que nos diesen.
Tengo la fe y esperanza de que sí existe esa persona para cada uno, con quien seamos mutuamente incluyentes y felices en todo aspecto, y con quien poder concretar nuestras vidas y tener una familia, una diferente y bonita familia. A pesar de la sociedad tan poco comprensible, tengo y tenemos derecho a ser y hacer con nuestras vidas lo que mejor nos parezca, ser felices y estar tranquilos con nuestras decisiones, siendo respetados, considerados y valorados como entes sociales importantes.
La vida sigue y seguirá, no tengo más miedo, me siento feliz y completo, busco y espero a ese hombre especial para complementarnos y llenar nuestras vidas. Espero que todos encontremos a nuestro complemento más temprano que tarde.
Quiero eso porque en algún lugar existe esa persona para mí. ¡No creo ser el único que busque eso! Es simple y se llama fe en el futuro. Mientras tanto, me tengo a mí, a unos pocos amigos y a mi familia, que, si bien no son tan felices con mis elecciones, me respetan, puedo amarlos, protegerlos y cuidar de ellos sin medida, sin miedo. Mientras tenga a quien amar y de quien cuidar, seré feliz.
It gets better!