Poco a poco la comunidad LGBTIQ+ logra ser respetada, pero aún falta por hacer, y es que todavía hay personas en el mundo que viven reprimidas por temor a ser rechazadas socialmente. Por ello, utilizo una herramienta maravillosa para hacer llegar un mensaje a toda la comunidad. Hablo de YouTube, a la que cada día se suman nuevas figuras LGBTIQ+ para dar mensajes de apoyo a todo el colectivo.
Desde antes que tuviera un canal en esta red, yo ya me aceptaba como bisexual y mis cercanos, también; pero desde que inicié a crear y subir contenido LGBTIQ+ mi vida cambió para bien, ya que me escribían para pedir consejos a través de redes sociales y también en persona, y yo encantado de poder compartir mi experiencia de vida. Es cierto que no soy consejero ni psicólogo, pero si de algo sirve lo que comparto, me doy por satisfecho. Además, me han invitado a dar mi opinión en diversas reuniones del colectivo y a cubrir algunos eventos.
Es increíble lo que podemos llegar a lograr a través de la red: unas simples palabras de aliento compartidas en un canal pueden dar ánimo a alguien que lo necesite. No bajemos la guardia y sintámonos orgullosxs de lo que somos y lo que hemos logrado durante estos años, porque todos los seres humanos debemos ser tratados de la misma manera. Y, gracias a la magia de Internet, podemos hacer llegar mensajes positivos al resto de la humanidad.
Es cierto que no todxs estamos de acuerdo siempre, pero también he aprendido a respetar el modo de vida de lxs demás. De eso se trata todo esto, de ir mostrando que el mundo es muy diverso y que la base de todo es el respeto.
Sin duda, convertirme en youtuber ha sido una buena decisión para mí, porque más personas sienten empatía con mi pensamiento. Incluso personas heterosexuales se dan cuenta que la forma de vida que llevamos no es ni más ni menos que la de ellos ni diferente… ¡todos somos iguales!
En la comunidad LGBTIQ+ estamos dando pasos gigantes, y el hecho de crear canales en línea ayuda mucho, ya que la televisión no ha dado aún tanta apertura al tema. Está evolucionando, pero nuestra voz no puede esperar y gracias a las nuevas tecnologías podemos alzar la voz.